27 de junio de 2010

Vida y obra de Violeta

Violeta Parra nació en 1917 en San Carlos, en la VIII Región de Chile. Su padre, Nicanor Parra, era profesor de música y su madre, Clara Sandoval, una campesina guitarrera y cantora. Tuvo ocho hermanos, Nicanor, Hilda, Eduardo, Roberto, Caupolicán, Elba, Lautaro y Óscar.

A los nueve años empezó a tocar la guitarra y a cantar y a los doce compuso sus primeras canciones y versos, los que reflejaban su infancia dura y difícil. Tuvo una formación de profesora en la Escuela Normal de Santiago.

Pero tuvo que abandonar sus estudios para trabajar en el campo y ayudar a sus padres. Su hermano Nicanor que estudiaba y trabajaba en Santiago y que asumió la responsabilidad de guiar, educar y alimentar la gran familia, llama a Violeta a la capital para guiar su educación formal.
Para obtener sus ingresos, ella se dedica al canto en los barrios santiaguinos. En 1937 se casa con Luis Cereceda, con quien tiene a sus hijos Isabel y Ángel. El matrimonio dura hasta 1948, cuando se separan y continúa recoleccionando canciones antiguas de Chile.

Desde 1952, impulsada por su hermano Nicanor, empieza a recorrer zonas rurales grabando y recopilando música folklórica. Esto la hace descubrir la poesía y el canto popular de los más variados lugares de Chile. Hace una síntesis de la cultura chilena y empieza su lucha contra las visiones invariables de América Latina y se transforma en recuperadora y creadora de la auténtica cultura popular.

Por un recital en 1953 en casa de Pablo Neruda, muestra sus capacidades y se reconoce su arte a través de la Radio Chilena. Comienza a salir de los salones para iniciar una serie de giras y presentaciones en todo el país. Pero donde destacó en forma especial fue en la décima, se hizo una de las mejores improvisadoras, denunciaba en verso los sueños sociales de entonces.

En 1954 se casa con el tapicero Luis Arce, con quien tiene a sus hijas Carmen Luisa y Rosita Clara. El mismo año obtiene el premio Caupolicán, que la lleva luego al festival de la juventud en Polonia, recorre la URSS y Europa permaneciendo dos años en Francia, donde graba sus primeros discos, teniendo mucho éxito.

Regresa a Santiago en 1958, tratando de olvidarse de la triste noticia de la muerte de su hija Rosita Clara, comienza a pintar y crear tapices. Ofrece recitales en todo el país y graba nuevos discos.

Los primeros programas folklóricos hechos en Chile para la televisión, los realizó con sus hijos mayores Isabel y Ángel.

En 1960 canta sobre la injusticia social que la rodea y las duras vivencias que ha vivido a lo largo de su vida.

En 1961 inicia una gira con sus hijos invitada al Festival de la Juventudes en Finlandia, viajan por la URSS, Alemania, Italia y Francia donde graba nuevos discos y hace exposiciones y recitales para la UNESCO. Realizando una serie de conciertos en Ginebra y exposiciones de su obra plástica.

En 1964 expone las arpilleras y óleos, en el Pavillon de Marsan, logrando así ser la primera artista latinoamericana que exhibe individualmente.

En 1965 regresa a Chile y canta con sus hijos Isabel y Ángel en la Peña de Los Parras, en Santiago e inaugura el Centro de Arte en una carpa en La Reina y graba discos de música instrumental
En 1966 viaja a Bolivia, da conciertos en el sur de Chile y continúa grabando acompañada de sus hijos. Vuelve a Santiago para continuar su trabajo en La Carpa, escribiendo allí sus últimas canciones.

En 1967, incomprendida por el público chileno e incapaz de resolver sus problemas afectivos de su vida, se suicida en la Carpa de la Reina.

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