5 de julio de 2010

Muda, triste y pensativa
ayer me dejó mi hermano
cuando me habló de un fulano
muy famoso en poesía.
Fue grande sorpresa mía
cuando me dijo: Violeta,
ya que conocís la treta
de la vers'á popular,
princípiame a relatar
tus penurias "a lo pueta".

Válgame Dios, Nicanor,
si tengo tanto trabajo,
que ando de arriba p'abajo
desentierrando folklor.
No sabís cuánto dolor,
miseria y padecimiento
me dan los versos qu'encuentro;
muy pobre está mi bolsillo
y tengo cuatro chiquillos
a quienes darl' el sustento.

En ratitos que me quedan
entre campo y grabación,
agarro mi guitarrón,
o bien, mi cogot'e yegua;
con ellos me siento en tregua
pa' reposarme los nervios,
ya que este mundo soberbio
me ha destinado este oficio;
y malhaya el beneficio,
como lo dice el proverbio.

Igual que jardín de flores
se ven los campos sembra'os,
de versos tan delica'os
que son perfeutos primores;
ellos cantan los dolores,
llenos de fe y esperanzas;
algotros piden mudanzas
de nuestros amargos males;
fatal entre los fatales
voy siguiendo estas andanzas.

Por fin, hermano sencillo,
que no comprendís mi caso;
no sabis que un solo lazo
lacea un solo novillo.
Pica'o tengo el colmillo
de andar como el avestruz,
sin conseguir una luz,
ni una sed de agua siquiera.
Mientras tanto, la bandera
no dice ni chuz ni muz.

Análisis:
Nicanor Parra siempre motiva a su hermana con el tema de la poesía, pero un día le dijo que había otro poeta muy reconocido en Chile. A Violeta no le gustó nada esta noticia, pero siguió adelante. Ella tenía cuatro hijos, llamados Isabel, Ángel, Carmen Luisa y Rosita Clara, y su trabajo no le ayudaba a ganar el dinero necesario para poder sacar adelante a su familia, pero sin embargo lo hizo.

Violeta sentía que estaba muy poco tiempo con su familia, ya que casi siempre estaba grabando, pero el tiempo que estaba con ellos lo aprovechaba, y les cantaba y de esa manera se relajaba. Sus hijos, junto con ella, nunca perdían la esperanza de vivir de una mejor manera, y por sobre todo, Violeta quería que la reconocieran, que no fuera un cero a la izquierda para el país, y para eso ella trabajaba y trabajaba, buscando que en la bandera quedara grabado su nombre y obra.

Gracias a estas dificultades, Violeta tuvo el ánimo de seguir y mejorarse, de darse entera para que la reconocieran y hacer que Chile se diera cuenta de que nuestros cantos, vestimentas y otras cosas, estaban disfrazados entre gente con dinero, ella quería mostrar lo que en realidad somos.

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